¡Buenísimos días de lunes! Para que os sea más leve el comienzo de la semana, aquí os dejo una receta que ha impactado mucho y es super sencilla ¡TORTILLAS EN MAGDALENAS!
Es una idea super fácil, que puede hacer cualquiera en casa y que sorprende mucho porque la gente no espera encontrarse un picoteo o entrante salado en este tipo de presentación.
Os puede salvar de hacer siempre comidas aburridas, o algún día que os pille con invitados a última hora, porque se hace rápido y puedes hacerla con lo que tengas en casa.
Yo hoy os dejo las 3 versiones que elegí, tortilla de patatas, tortilla de calabacín y tortilla de queso de cabra y jamón serrano. También os daré al final alguna idea mas para los rellenos. 2 de los rellenos de hoy son vegetarianos. Se tarda muy poco en tener las tortillas en magdalenas listas, yo hice este domingo las tres variedades para una celebración y las tuve listas eb poquito mas de 1 hora.
¡A por ellas!
Ingredientes para las tortillas en magdalenas:
18 huevos camperos (6 para cada sabor)
2 patatas medianas
1 calabacín grande
100 gr de jamón serrano picado
120 gr de queso de cabra
Cuña de queso parmesano para rallar (OPCIONAL)
levadura en polvo tipo royal (2 cucharaditas rasas por cada 6 huevos)
Aceite de oliva virgen extra y sal
Utensilios que necesitaréis:
Bandeja de magdalenas
cápsulas de magdalenas
rallador
batidora eléctrica
Elaboración de las tortillas en magdalenas:
Esta es una elaboración super sencilla, os voy poniendo los pasos comunes para todas las variedades y os voy dando los detalles para cada una. Como os indico en los ingredientes, utilizaremos 6 huevos para cada sabor, para cada bandeja, salen entre 9-12.
Precalienta tu horno a unos 180-200 ºC (dependerá de tu horno, si tienes dudas es mejor ponerlo a 180ºC y si necesitaras lo dejas un poco mas de tiempo)
Prepara la bandeja con las cápsulas de magdalena
Bate 6 huevos y añade las 2 cucharaditas rasas de levadura y una pizca de sal. (te recomiendo batir los huevos con la batidora eléctrica porque es mas fácil deshacer bien la levadura y que no queden grumos)
Añade al huevo batido, el ingrediente que hayas elegido picadito pequeñito. ACLARACIÓN: En cualquier caso el ingrediente que elijas debe ir picado pequeño, por la proporción de la tortilla, para que no queden trozos muy grandes. Si has elegido un relleno frío, como es en este caso el de jamón serrano y queso de cabra, solo tienes que picarlo pequeño y añadirlo al huevo batido. Si por el contrario has elegido un relleno caliente, como el calabacín o la patata, tendrás primero que sofreírlo. Para la patata, haz lo mismo que para una tortilla de patata tradicional, pon aceite abundante y a fuego medio bajo para que se ablande y no se dore, una vez lo tengas quita el exceso de aceite y añade las patatas ya cocinadas al huevo batido. Y si elegiste calabacín sofríelo con un chorrito de aceite y sal, hasta que se ablande y añadelo al huevo batido. En este punto yo siempre pruebo de sal, por si hiciera falta añadirle mas.
Con ayuda de una cuchara o medidor de repostería, ve rellenando las cápsulas con la mezcla ya hecha, yo dejo un poquito de margen no las relleno hasta el borde.
Ralla queso parmesano por encima de cada cápsula. Yo lo hice para darle un toque mas de sabor a las de patata y calabacín.
Mete en el horno entre 15-20 minutos dependerá un poco de tu horno, de la potencia y del relleno, pincha con un palillo para comprobar a partir de los 15 minutos, estarán cuando veas que sale limpio.
Sácalas del horno y de la bandeja con cuidado de no quemarte para que atemperen mejor. Están deliciosas templadas e incluso frías como una tortilla normal. ¡Ya solo te queda disfrutarlas!
Si vas a hacer las magdalenas variadas, mi idea para poder distinguirlas bien, es señalar con unos molinillos de colores y hacer una guía de color donde ponga de que son las que rodean a ese molinillo. Yo puse el verde para las de calabacín, el rojo para las de jamón y queso de cabra, y el azul para las de patata.
guía de colores por variedades
Puedes hacerlas de lo que mas te guste, o de lo que tengas por casa, cualquier relleno frío, que no necesita mas preparación será ideal, tipo atún, jamón york, quesos variados, salchichas, chorizo. O como relleno caliente cualquier verdura, la única diferencia será que primero las tendréis que cocinar, ya sea hervidas o sofritas, como por ejemplo brócoli, coliflor, berenjena, pimientos. También puedes hacer rellenos mixtos como por ejemplo setas con jamón, o lo que te de la real gana, igual que para cualquier tortilla normal. Podrás hacer las mezclas que mas te guste.
Espero que os encante y la comenteis y compartáis con todos vuestros amigos 😉
¡Hola de nuevo! Últimamente estoy muy vegetal, esta vez la receta no es vegetariana del todo pero la podéis versionar os lo digo siempre, estas espinacas cremosas con jamón son una delicia ideal para cenas ligeras o como acompañamiento para otros platos.
La idea surgió en uno esos días, que abres la nevera y te preguntas ¿Y ahora qué? ¿solo hay espinacas? lo primero que se te ocurre es la típica tortilla que me encanta pero ya estoy un poco cansada… seguí rebuscando y encontré los taquitos de jamón que siempre tengo como fondo de nevera, ¡son tan útiles! pues así y con un par de cosas mas que tenía, se me ocurrió la receta, y no es por nada pero esta buenísima, es super sencilla y tiene un punto original, que te saca de la tortilla de espinacas, las espinacas a la crema con la nata…. en fin ¡tenéis que probarla!
Para mis vegetarianos será tan fácil como eliminar el jamón serrano del plato, y también podéis alegrarlo añadiéndole de algún fruto seco como nueces, almendras o piñones, o incluso dándole un toque dulce y especial con unas pasas. Esto os vale de idea a todos.
Ingredientes para espinacas cremosas con jamón:
1 bolsa de espinacas (300-400 gr)
1 cebolleta
3 cucharadas soperas bien llenitas de queso de untar (yo uso el de philadelphia)
1 chorrito de leche (yo he puesto sin lactosa)
100-150 gr de jamón serrano en tiras o taquitos (yo lo cojo en la charcutería, que sale mucho mejor que los preparados)
pimienta
unas rebanadas de pan o picos para acompañar.
Preparación para espinacas cremosas con jamón:
Con las proporciones que os doy sería una cena para dos personas.
Como siempre lo primero es preparar las verduras, en este caso poca cosa, lavar y picar bien la cebolleta, y poner a hervir las espinacas. Como siempre os digo, me repito para los mas nuevos, poner las espinacas a hervir en agua salada 3 minutos, sacar, enfriar bajo el grifo, y escurrir muy muy pero que muy bien, para esto os recomiendo las centrifugadoras de verduras (muy útil y barato). Cuando las tengáis bien escurridas, las ponéis en la tabla y les dais unos cortes, en una dirección y otra.
Con todo preparado, ponemos una sartén con un poco de aceite de oliva virgen, y comenzamos a pochar la cebolleta, cuando empiece a ponerse transparente y ablandarse le añadís el jamón picadito, seguís rehogando a fuego medio y cuando haya empezado a tomar color, introducís las espinacas cortadas, sofreís hasta que se tiemplen de nuevo y les espolvoreáis la pimienta al gusto. NO hace falta nada de sal, es suficiente con la que han hervido las espinacas y con la que aporta al plato el jamón.
rehogando las espinacas
En este punto empezamos con lo que le da la cremosidad al plato, ponemos las 3 cucharadas de queso de untar y vamos mezclando hasta que se deshaga haciendo una cremita y ligándose bien con las espinacas, añadís un chorrito de leche para que se aclare un poco y no quede tan espeso, mezcláis bien hasta obtener la textura deseada y listo.
añadiendo la crema
«Habemus» un plato facilísimo de hacer, delicioso y sano para cenas, complemento de otros platos o incluso para poner sobre las rebanadas a modo de tosta o pincho.
Espinacas cremosas con jamón
Espero que os haya gustado y la probéis pronto. ¡Comer bien y ser felices! 😉
¡Buenos días familia! Hoy os traigo una receta sencillísima para comer verdura de una manera mas atractiva, Coliflor gratinada con bechamel y jamón york. Es una receta que sorprenderá a los mas pequeños y a los menos amantes de la verdura, no dudéis en probarla.
¡Vamos a ello!
La receta variará en el numero de comensales según el tamaño de la coliflor, pero con una coliflor de tamaño normal, os da para 4 personas por lo menos.
Ingredientes para coliflor gratinada con bechamel y jamón york:
Muy sencillito, lo primero que vamos a hacer es lavar y separar en «arbolitos» la coliflor y por otro lado trocear en tiritas o cuadritos el jamón york.
Poner una olla con agua salada a hervir y poner la coliflor aproximadamente unos 20 minutos, tiene que estar cocida pero en ningún caso blanda o deshecha porque luego con el horneado se nos quedaría completamente deshecha. Una vez la tengamos cocida dejamos atemperar en un colador.
Mientras tanto hacemos nuestra deliciosa bechamel casera, cuando la tengamos preparada le añadimos las tiritas de jamón york y damos vueltas a fuego lento durante 5 minutos mas, así la bechamel se impregnará un poco con el sabor del jamón.
Aprovechar mientras que hacéis la bechamel para ir precalentando el horno, arriba y abajo, a unos 180 Cº.
Ahora preparamos una fuente o bandeja de horno con los ramilletes o arbolitos de coliflor bien escurridos cubriendo toda la base de la fuente, si os quedó alguno muy grande, lo podéis abrir a la mitad. Una vez la tengamos bien repartida, vertemos por encima la bechamel con el jamón, cubriendo bien toda la coliflor. Y para rematar espolvoreamos por encima nuestro queso parmesano rallado para que le de sabor y gratine bien, y la metemos al horno.
Preparacion de coliflor gratinada
Dejamos que coja temperatura unos 10 minutos y si queréis podéis poner la función del horno solo arriba para dorar un poco el queso, cuando lo tengáis bien gratinado, podéis sacar y servir.
Coliflor gratinada con bechamel y jamon york
¡¡¡Ya solo os queda disfrutar!!! Espero que os haya gustado la idea y que os anime a comer mas verdura. ¡Feliz semana gatitos!
Buenos días y ¡bienvenido Septiembre!, como siempre lo prometido es deuda y después de unas merecidas vacaciones, ya estamos de vuelta, abriendo mes y nuevo recetario con esta tradicional y deliciosa receta de Albóndigas en salsa clara. Como siempre esta es una receta que ha ido pasando de generación en generación y que he tardado mucho en traeros no se muy bien porque ya que es una de mis predilectas.
Mas adelante os traeré otras recetas de albóndigas con otras salsas y otros ingredientes, de momento vamos a por estas albóndigas en salsa clara que son de morirse de ricas. ¡Manos a la obra!
Antes de empezar con la receta, quería deciros que está receta queda deliciosa si invertís un pelín en los ingredientes, y se notará mas en el sabor que en el bolsillo. Os recomiendo que la carne picada la pidáis en la carnicería recién picada para vosotros y no empaquetada, y con el jamón que hagáis lo mismo, de verdad que se nota la diferencia.
Las proporciones que os dejo hoy son para comer unas 4 personas, o 2 y guardar como siempre para otro día, ya que cocinamos que nos cunda para un par de veces, salen aproximadamente entre 18-20 albóndigas de tamaño normal.
Ingredientes para albóndigas en salsa clara:
1/2 kg de carne picada (normalmente se pide 3 partes de vacuno y 1 de cerdo, aunque yo muchas veces lo hago solo de vacuno porque me gusta como queda de sabor, esto es elección vuestra)
50 gr de jamón serrano picado o cortado pequeñito (pedir en la charcutería un jamón un poquitín buenecito, no hace falta que sea carísimo pero no valen los taquitos de paquete)
1 Cebolleta, sino tenéis os valdrá con cebolla normal.
Perejil fresco
Pimienta negra (un puñadito como de unos 6-8 granos)
Azafrán (4-6 hebras)
canela una pizca espolvoreada)
2 puñados de pan rallado
zumo de 1/2 limón
2 huevos (reservar 1 yema batida)
pelín de sal
1/2 vaso de vino blanco (opcional)
Harina, aceite y agua
Preparación para Albóndigas en salsa clara:
Lo primero como siempre es lavar, pelar y picar la cebolleta y el perejil muy pequeñito, para que no se vean ni se sientan trozos muy grandes en las albóndigas al masticar, que no es muy agradable.
Mientras machacamos en un mortero unos granos de pimienta negra junto con la canela y unas hebras de azafrán.
Con esto hecho ponemos en un bol grandecito para poder amasar, la carne picada y le vamos añadiendo los ingredientes, la cebolleta, el perejil y el jamón (sin grasa) picaditos, las especias molidas en el mortero, los dos puñaditos de pan rallado, el chorrete de limón, el huevo y la clara y una pizquita de sal (cuidado con esto que como llevan jamón serrano se os pueden pasar de sal), y con todo esto y como siempre con las manos impecables, nos ponemos a amasar hasta que esté todo bien integrado y con la textura adecuada para darles forma.
la masa de las albóndigas
Con la masa ya lista, solo nos queda hacer las bolitas e ir enharinandolas para luego freírlas. Podéis ayudaros con una cuchara sopera para ir sacando la misma cantidad aproximadamente, hacéis las bolitas con las manos y las vais pasando por la harina y reservando en una fuente o bandeja.
A continuación en una sartén, ponemos abundante aceite a calentar (cada uno el que prefiera, ya sabéis que yo soy de oliva virgen extra….) y cuando el aceite este bien caliente, lo dejáis a fuego medio y vais metiendo y dándoles vuelta a vuestras albóndigas, dejándolas que se hagan y se doren un poquitín. Según las vayáis teniendo hechas, ir sacándolas, mientras se terminan todas. Aquí hay dos opciones que retiréis el aceite sobrante y sigáis cocinando en la sartén, o que lo paséis a una olla. Pero en los dos casos mantener lo que va quedando en el fondo que es el sobrante de harina, y la grasita y el sabor que suelta la masa, eso hará que tengáis una buena salsa. En cambio si no mantenéis esto, la salsa os quedará con poco cuerpo y muy líquida.
friendo albondigas
Una vez tengáis todas las albóndigas en la sartén o en la olla, añadís un par de cucharaditas del aceite con el que las habéis frito, el medio vasito de vino blanco, dejáis que reduzca un poco y añadís agua hasta cubrirlas bien. Ahora las dejáis a hervir unos 45 minutos a fuego lento, veréis como el agua va espesando y convirtiéndose en una salsita con cuerpo un poco amarillita, cuando os queden unos 10 minutos de cocción añadís la yema que teníais reservada y batidita a la salsa y movéis para que se deshaga en ella.
coccion de la albondiga
Y tachaaaaaaaaaaaaaaaaán la mejores albóndigas en salsa clara de la historia, ¡no os las podéis perder! parece largo porque yo me extiendo en explicaros cada paso para que os sea mas fácil seguir la receta, pero la preparación no es para tanto y tienen un saborazo increíble. Quedan perfectas acompañadas de arroz, puré de patatas o patatas fritas, no lo dudéis probarlas y me contáis el resultado. ¡¡¡Feliz vuelta de vacaciones!!!
¡Buenos días! a punto de acabar el año y no quería dejaros sin otra propuesta salada y sencilla para la cena de nochevieja por ejemplo. Hoy os traigo unos deliciosos Volonanes rellenos de trigueros y jamón, muy facilitos de preparar. Pueden ser el entrante perfecto para acompañar nuestros platos navideños favoritos. Además podéis rellenarlos de lo que mas os guste, aunque os recomiendo esta combinación de sabores, los trigueros y el jamón son un gran equipo. ¡Vamos a por el último cocineo del 2013!
Ingredientes para Volovanes rellenos de trigueros y jamón:
12 Volovanes grandes (La cantidad según los comensales que tengáis, mas si los cogéis de tamaño inferior)
*Aprovecho para daros otras ideas y dejar la versión vegetariana. Quedan muy ricos también con champiñón y jamón, trigueros y gambas, setas o solo trigueros, para los vegetarianos y todo lo que se os ocurra*
Preparación:
Esta receta es sencillísima, mas a un si los volovanes los compramos ya hechos. Así que vamos a ello.
Lo primero es que debéis hacer, es lavar bien y cortar los espárragos. Una vez limpios, los ponemos con un poquito de mantequilla a refreír un poco, después le añadimos un hilito de agua para que haga un poco de cocción y los dejamos tapados, moviendo de vez en cuando hasta que se ablanden. Una vez listos los reservamos para mas adelante.
Ahora preparamos una bechamel (ver en el enlace) espesita, cuando la tengamos lista, añadimos los espárragos y los taquitos de jamón y removemos unos 5 minutos mas para que mezclen bien los sabores. Y para rematar añadimos un puñadito de queso parmesano en polvo, que hará que tenga mas textura y mas sabor. Y ya tenéis listo el relleno.
Bechamel añadiendo jamon
Relleno volovanes listo
Preparando los trigueros
Ahora mientras preparamos los volovanes y tiempla un poco el relleno, poner a precalentar el horno a unos 180ºC.
*Apunte: Si los volovanes son de los grandes quitar un poco de hojaldre del centro con un cuchillo y bastante cuidado, porque sino casi no les entra nuestro maravilloso relleno.
Preparamos la bandeja del horno o una fuente con papel de horno y encima colocamos bien los volovanes. Con ayuda de un par de cucharas iremos rellenando los volovanes con cuidadito de que no se nos rompan. Y una vez hecho esto espolvoreamos por encima el parmesano en polvo.
Volovanes rellenos
Volovanes para hornear
Volovanes listos para el horno
Ahora solo nos queda meterlos al horno unos 10 minutos a 180ºC en posición arriba y abajo. Si transcurrido este tiempo no han dorado por arriba, colocáis el horno a 200ºC en posición solo arriba y sin dejar de vigilar aguantáis hasta que se tueste un poquito el queso… Y tatatachaaaaaaaaaaaaaan tenéis vuestro entrante listo para saborear.
Volovan de trigueros y jamón
Volovan abierto
Volovanes rellenos de trigueros y jamón
Preparar rapidito en una fuente o plato decorado y llevar a la mesa para poder disfrutar de ellos bien calentitos que son una delicia. Y desde aquí aprovecho para desearos ¡la mas divertida y sabrosa entrada y salida del año! Espero seguir viéndoos por aquí el año que viene 😉
¡Buenos días! Hoy vengo emocionada, os traigo una delicia de la navidad, el pastel de pollo trufado, es toda una maravilla de receta, de hecho creo que es mi favorita de todas las navideñas, que me trae millones de recuerdos de mi maestra, mi abuela Aurora, y con un toquecín mas moderno que hemos preparado con la ayuda de otro de mis gurús de la cocina, mi Papi.
La receta tradicional de navidad, es el pollo trufado pero como siempre he querido ponerlo un poquitín mas fácil y original haciéndolo tipo pastel. Antes las bisabuelas, abuelas y algunas mamis lo hacían pidiéndole al pollero que les deshuesara el pollo, pero hoy en día no es tan fácil encontrar un pollero habilidoso y de confianza, y aparte también es un poco tostón tener que andar cosiendo el pollo después de rellenarlo, por estos dos motivos hemos decidido hacerlo en forma de pastel, que queda igual de riquísimo y es un poco mas facilito de hacer.
Es una receta que queda espectacular, os la «super-mega» recomiendo, con ella vais a triunfar seguro. Lo único que tiene es que necesitaréis tiempo y que las trufas son un pelín caras ( unos 6 € aprox. que se compensan porque el pollo y el cerdo son muy baratos) pero merece muuuucho la pena y compensa porque sale un pastel para bastantes comensales.
Además todo tiene su explicación, las trufas se encuentran bajo tierra y para poder conseguirlas se necesita la ayuda de perros o cerdos adiestrados para poder olfatearlas y dar con ellas, es un trabajo complicado y por ello aumenta el precio de las mismas.
Otra cosa que os quiero avisar, es que no os apabulléis por la cantidad de ingredientes porque la preparación es sencillísima. Lo único que tiene nuestro estupendo pastel de pollo trufado es que necesita tiempo de horneado y de enfriado, pero ¡Es Navidad! y queremos sorprender a los invitados, así que no hay escusas, solo es una tarde de cocinita. Y sin mas preámbulos… ¡A por ella!
Ingredientes para pastel de pollo trufado:
400 gr carne de pollo picada
400 gr carne de cerdo picada
1 pechuga entera en filetes finitos
150 gr de jamón serrano picado
100 gr de paté de pato
12 lonchas de bacon finitas ( son como 200-250 gr aprox)
2 botes de trufas negras
2 huevos
1/2 vaso de coñac (si preferís podéis poner vino dulce)
Pimienta (opcional)
Huevo hilado y mermelada de arándanos para decorar y acompañar (opcional)
Preparación:
*Aclaración: Si no tenéis picadora en casa, decirle al charcutero que os pase el jamón por la picadora igual que si pidierais carne picada*
Una vez en casa con todos los ingredientes, preparamos un recipiente grande, y echamos los dos tipos de carne picada, el jamón picado, el paté en cuadritos, la trufa cortadita (no importa que queden trozos desiguales porque así se ve en el pastel), el liquido de las trufas, los dos huevos batidos, un pelín de pimienta si os gusta, y el 1/2 vasito de coñac, y con las manitas bien lavadas, mezclamos todo bien bien, hasta que quede una masa mas o menos homogénea y reservamos mientras preparamos el molde.
Preparacion del pastel de pollo trufado
Cogemos las lonchas de bacon, les quitamos el borde y reservamos.
Ahora cogemos nuestro molde y untamos con un poco de mantequilla el fondo y los bordes. Y empezamos a cubrir la base y los laterales (en las fotos lo veréis mas claro) haciendo una capa con las lonchas de bacon. Cuando tengamos recubierto de bacon, repetimos la acción pero con los finos filetes de pollo, y por fin introducimos nuestro maravilloso relleno hasta el borde, intentar no sobrepasarlo porque sino al presionarlo se saldrá el relleno. Y ahora terminamos cubriendo el pastel de la misma manera, con los filetes de pollo y el bacon para cerrar. Lo cubrimos con papel de aluminio para que no se queme la parte de arriba y ya lo tenemos listo para hornear.
Ponemos nuestro molde, con el pastel cubierto de albal, y lo introducimos en el centro del molde mas grande. Con un vaso, vamos poniendo agua, dejando un dedo o un poco mas sin cubrir porque sino al hervir se saldrá el agua. Y lo introducimos en el horno (si es un horno con ventilador ponerlo a 180ºC y si es un horno normal a 200ºC) durante 2 horas desde que veáis que empieza a hervir.
Preparacion del molde
Pasadas las dos horas, sacamos del horno, retiramos el albal, y con una tapa y unas latas o botellas o lo que sea que tenga peso (os lo explico mejor en el apartado de utensilios), ponemos encima y dejamos que haga presión hasta que haya enfriado a temperatura ambiente. Una vez haya enfriado, podéis disminuir un poco el peso y lo metéis en la nevera con el peso que podáis mantener por el espacio hasta el día siguiente.
Presionando el pastel de pollo trufado
Al día siguiente podemos retirar el peso y desmoldar (sale prácticamente solo, como mucho le bordeáis con un cuchillito) y lo dejamos bien cubierto de albal (con su gelatina) en la nevera hasta que lo vayáis a servir. Tiene que estar bien frió para cortarlo y que no se nos rompa.
Y ya tenéis el deliciosísimo pastel de pollo trufado listo para servir y disfrutar. Solo os queda si queréis decorar los platos, el huevo hilado y/o la mermelada de arándanos, que son muy buen acompañamiento, porque su toque dulce contrasta de maravilla con el saladito del pastel de pollo trufado.
Presentación pastel de pollo trufado
Utensilios que vais a necesitar:
1 Molde de horno rectangular (debe ser rígido,de cristal o aluminio, nunca de silicona porque necesitamos que aguante peso. El mio tiene unas medidas aproximadas de 26 cm largo, 11 cm de ancho y unos 7 cm de profundidad).
Otro molde o fuente de horno de tamaño superior para poder poner el anterior dentro al baño maría.
Una tapa para el primer molde (la podéis fabricar vosotros con alguna tabla o cartón duro que soporte el peso y forrado con papel de aluminio para que no se moje y sea higiénico, lo veréis en las fotos).
Algunas latas, botellas llenas o cualquier cosa que pese y podáis distribuir uniformemente.
Papel de aluminio.
moldes y tapa fabricada en casa
Vista del relleno
Pastel de pollo trufado navideño
Estoy segura de que os alegraréis de haberla hecho y que todos los invitados os darán la enhorabuena y probablemente os pidan la receta.
Aprovecho este post para desearos lo mejor en estas fiestas y en el nuevo año. Gracias por seguir acompañándonos, vosotros hacéis que este proyecto que tanta ilusión nos hacía a Sara y a mí, siga siendo posible. ¡Felices fiestas a tod@s!
Los libritos de lomo, queso y jamón no son una receta muy elaborada pero para mí son especiales, cuando de peque iba y venía de mi amada Ceuta, mi abuela siempre me preparaba para los viajes unos riquísimos libritos y su fantástica tortilla de patata. A mí me trae recuerdos, los mejores veranos y viajes de mi niñez.
Vamos allá, es sencillísimo y realmente delicioso, ideal para peques que no comen mucho porque cada uno de ellos te alimenta, y acompañado ya ni te digo. Para los adultos calculad dos o tres por persona según lo glotones que seáis y con lo que lo vayáis a acompañar, que no es lo mismo un gazpacho que un puré de patatas.
Ingredientes para Libritos de lomo, queso y jamón:
Libritos de cinta de lomo ( Yo los pido adobados porque me gusta mas y así no añado sal ni nada, pero podéis hacerlos naturales también, y para nosotros dos suelo comprar 6)
Jamón serrano (como una loncha según tamaño por cada librito)
Tranchetes ( uno por cada librito)
1 huevo
pan rallado
Preparación:
Bueno lo primero es que le pidáis al carnicero que os prepare la cinta de lomo en libritos para rellenar, a parte yo les pido que me lo hagan finito para que se cocine bien y rápido.
Una vez en casa esto ya no tiene ningún misterio, es abrir los libritos a la mitad y añadir el tranchete a la mitad, para que no se nos salga al freír, y el jamón serrano igual, si veis que las lonchas son grandes recortad con la tijera para darle la forma mas adecuada al librito o incluso doblarla a la mitad.
El librito de lomo
Lomo con queso
Lomo con queso y jamón
Cerramos bien una parte sobre la otra sellando con la mano un poquito, y empezamos el proceso de empanado normal, pasamos primero por el huevo y luego por el pan rallado.
Y nos vamos al paso final, poner la sartén con abundante aceite a calentar y una vez caliente empezamos a introducir los libritos. Los freiremos a fuego medio para que se haga bien la carne y no se nos quemen. Poner en un plato con un par de hojas de papel de cocina para retirar el exceso de aceite.
Libritos de lomo rellenos
Lobritos de lomo empanados
friendo
Libritos de lomo secando
Libritos de lomo, queso y jamón listos para comer
Y ¡voilà! tenemos unos estupendos libritos para degustar acompañados de lo que mas nos guste. Son riquísimos y ademas da igual si sobran o son para llevar a un picnic o un viaje, porque fríos están igual o mejor que calientes. Espero que os haya gustado esta sencilla receta y que la disfrutéis en familia.
Para mí esta receta fue todo un descubrimiento el verano pasado, ya que soy de esas pocas personas que no les gusta el maldito y famosísimo gazpacho, aunque lo haga. Así que mi padre me descubrió el año pasado esta maravillosa y riquísima alternativa fresquita para el verano, la vichyssoise.
Vamos a ello, hoy se la dedico a todos los que no os gusta el gazpacho y a mi padre que siempre está abriéndome la puerta a nuevas recetas.
Ingredientes para la vichyssoise:
5-6 puerros gorditos
2-3 patatas (a mí me encantan las rojas pero vale cualquier variedad)
1 litro de caldo (Yo uso de pollo pero por supuesto si es para vegetarianos poned de verduras)
1 bote 250 gr de nata espesa para cocinar (en alguna receta ya os he comentado que uso la de Président, podéis utilizar sin lactosa también)
50-60 gr mantequilla (o margarina si sois intolerantes).
Sal al gusto
* Podéis añadir taquitos de jamón serrano o para la versión vegetariana un poco de cebollino picado. Estas dos ideas son completamente opcionales y ajenas a la receta de la vichyssoise, de hecho está buenísima sin nada más, es solo para darle un toque decorativo y de sabor.
Preparación:
De lo más sencillo del mundo mundial. Para preparar nuestra vichyssoise, empezaremos limpiando muy bien los puerros y cortándolos, (os enlazo a la receta de los muslos de pollo donde está bien explicado cómo limpiar los puerros) para quitarles toda la tierra que podría estropear nuestra super receta, y lavando, pelando y cascando las patatas.
Puerro cortado y limpio para vichyssoise
Patatas rojas
Patata cascada
En la olla que vayamos a utilizar ponemos la mantequilla a derretir, y en ella empezaremos a sofreír el puerro cortadito a fuego medio, cuando esté ablandando añadiremos los gajos de patata, en este paso las patatas no deben freírse en ningún caso, son solo unas vueltas en las que veremos que cambia un poco el color y suelta el almidón.
Cuando tengamos el puerro pochado y la patata un pelín sellada, añadiremos el caldo, tapamos y dejaremos hervir unos 15 minutos.
pochando verdura
Añadiendo el caldo
Listo para batir
Transcurrido este tiempo pasaremos la batidora bien a las verduras con el caldo, y añadiremos la nata mientras terminamos de batir. No es necesario, pero yo lo vuelvo a poner en el fuego un par de minutos dándole vueltecitas para mezclar bien. Aquí probad el punto de sal y si fuera necesario añadidle más.
Crema batida
Textura vichyssoise
Preparando para servir
Dejad atemperar la vichyssoise y cuando esté a temperatura ambiente, metedla en la nevera porque es una crema fría.
Y fin. Tendréis una perfecta receta de vichysoisse para sorprender a la familia este veranito. Si queréis decorar y darle un toque visual, utilizad una de las opciones de arriba, yo suelo dorar unos taquitos de jamón serrano en la sartén sin nada de aceite con su propia grasita y ponerlos por encima, dando contraste calentito y salado a la crema fría. Podéis decorarlo con cebollino picado si es para vegetarianos o con un poquito de queso rallado 4 quesos para darle color.
Y a disfrutar de la vichyssoise que es deliciosa y fresquita para este verano. Es una crema fría que sorprenderá a más de uno.
Tengo que empezar diciendo que las croquetas de mi abuela eran ¡¡¡las mejores del mundo!!! tanto es así que me cuesta comer croquetas en la calle o de las que hacen otras personas, porque realmente no me saben igual de buenas, por supuesto a mi tampoco me salen igual, y sé que nunca me sabrán como las que ella me hacía, eso sí, sigo la tradición y las mismas pautas que ella utilizaba.
Era tanta mi pasión por esas croquetas que un año en mi cumpleaños, me regalo un tupper gigante de croquetas, con una flor de tela para que lo recordara… todavía la flor está en mi cocina y me acompaña todos los días de mi vida, un pedacito de ella, que hace que me mi mente se llene de hermosos recuerdos de momentos vividos juntas.
Debo deciros también que para mí hacer esta receta es un ritual de tradición familiar, y que si realmente queréis que salgan buenas, no tengáis prisa y hacerla paso a paso, siguiendo las indicaciones que os dejo a continuación.
Ingredientes para las croquetas de la abuela:
Bechamel (os enlazo la receta del paso a paso, pero os pongo las cantidades utilizadas):
– 3 Cucharas soperas colmadas de harina
– 2 Cucharas soperas de margarina (o mantequilla o aceite o incluso mezcla, yo usé mitad margarina y -mitad aceite de oliva virgen)
– 400 ml. litro de leche sin lactosa (da igual que tipo de leche sea)
– Nuez moscada y pimienta para espolvorear, cantidad al gusto
– Un poco mas de 1/4 cebolla
1/2 gallina cocida en el puchero (también podéis utilizar 1/2 pollo o 1/4 y 1/4 de cada como os digo en la receta del puchero)
150 gr aprox. de jamón serrano
2 huevos duros picaditos
1 o 2 huevos batidos para empanar
pan rallado
Preparación:
Por supuesto lo primero que tendréis que preparar es la bechamel, como os dije anteriormente no la voy a describir paso a paso, para que no se nos haga eterna la explicación de la receta, pero os he dejado las cantidades que usé prácticamente exactas en los ingredientes. También os diré que mi receta es apta para intolerantes a la lactosa, ya que utilicé la leche sin lactosa y margarina de oliva (os adjunto foto) . Como siempre digo ir viendo la textura, un truco de mi abuela para saber que la bechamel estaba al punto para las croquetas, es pasar la pala de madera por en medio y que las dos partes de la masa quedarán separadas unos segundos, sin cubrir al instante el rastro que deja la pala, osea que no esté líquida. No dejéis la bechamel al fuego sola, remover continuamente. Y cocinarla a fuego lento.
Picar la gallina y/o el pollo, los huevos duros y el jamón pequeñito ( si os sobra un poco añadirlo a la sopa del puchero que queda riquísimo).
Una vez tengamos la bechamel en su punto, a fuego bajito, añadimos la gallina/pollo, el jamón y el huevo, sin parar de remover y viendo que no pare de hervir la bechamel, unos 6 minutos más. Para que la bechamel coja bien el sabor de los ingredientes. Y retiramos del fuego y vertemos la masa en una fuente expandiéndola bien para que enfríe. Cuando esté a temperatura ambiente, la tapamos con film de cocina y a la nevera a reposar hasta el día siguiente, se que le mayoría de la gente las hace el mismo día, pero para mi gusto, no se impregna tanto el sabor. Y como os dije anteriormente para mí es un ritual.
Los ingredientes sin lactos
Picando el pollo
Refriendo la cebolla y la harina
Mezcla
Con la leche
Batiendo la cebolla
Nuez moscada
Pimienta
introduciendo los ingredientes
La masa
Lista para la nevera
Al día siguiente, sacamos la masa y con la ayuda de dos cucharas soperas y las manos, empezamos a darle la forma, y pasarlas por el huevo batido y el pan rallado, como cualquier otro empanado. De nuevo el ritual es meterlas en uno o varios tupper porque salen muchas(si necesitáis hacer dos plantas de croquetas, poner una base intermedia de papel de aluminio para que no se peguen), y al congelador para freírlas al día siguiente, la gente las hace en el momento. Lo mismo este es mi ritual de las croquetas. Sacar las croquetas del congelador 10 minutos antes de freírlas. Y mi consejo es que las friáis en una sartén o cazo profundos con bastante aceite caliente, y una vez que las introduzcáis poner a fuego medio y darles vuelta con ayuda de un par de palas de madera. Suelen salir remesas de aproximadamente unas 20 croquetas, a mi esta vez me salieron 23.
Una recomendación, para la cocina en general y en especial para recetas laboriosas, en las que vamos a hacer varios pasos o que no nos podemos despegar de los fuegos, es ir recogiendo y limpiando mientras cocináis, en este caso es muy importante no dejar las paletas ni los cazos pringados con la masa para después, si no os da tiempo o estáis empezando y todavía no podéis hacer tantas cosas a la vez, por lo menos ponerlo a remojar mientras seguís cocinando. Hay una frase que siempre me decía mi padre que me encanta. «Un buen cocinero, termina a la vez de limpiar que de cocinar»
Y fin, a disfrutar de las croquetas mas elaboradas y riquísimas del mundo.
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