Guiso de carne de morcillo con judías verdes
¡Buenos y fresquetes días! Hoy os traigo una receta ideal para estos días de frío invernal, hoy abrimos con un riquísimo guiso de carne de morcillo con judías verdes ¡benditos sean los platos calientes! Este plato es muy sencillo, aunque lleva un poco de tiempo para que la carne nos quede bien tierna, y no imagináis como quedan las judías verdes, no dudéis en probarlo estoy segura de que os va a sorprender su sabor, incluso a los que no sois muy fans de la verdura. El morcillo es una pieza de las mas tiernas de la vaca y yo la utilizo casi siempre para guisos y para el cocido por ejemplo.
Esta como muchas otras es una receta que hacía mi abuela, y no puedo evitar nombrarla porque cuando mi cocina se llena de olor andaluz, mi casa se llena de ella, aunque ya no esté aquí….. ahora la hace mi padre y la seguiré haciendo yo, esta cargada de recuerdos y se la comen hasta los que dicen que no les gustan las judías verdes. Vamos a por la receta.
Ingredientes para el guiso de carne de morcillo con judías verdes:
Os dará para 2 o 3 personas o para 2 y lo que quede utilizarlo un poco mas picado otro día acompañando a una pasta por ejemplo, como siempre os digo podéis duplicar o triplicar según el numero de comensales
- 1/2 kg de carne de morcillo (yo lo corto en casa pero podéis pedir que os lo trocee el carnicero)
- 1/2 kg de judías verdes (que estén bien frescas y tersas)
- 1 y 1/2 cebollas
- 2 dientes de ajo
- 2 tomates maduros
- 2 ramitas de canela
- un puñadito de granos de pimienta negra
- 200 ml de vino blanco
- 800 ml de caldo casero de carne, o en su defecto 800 ml de agua y una pastilla de caldo de carne, no pasa nada por utilizarlas.
- Sal, pimienta y aceite de oliva virgen
Preparación:
Como os anticipaba arriba, el proceso del guiso de carne de morcillo con judías verdes es SUPER SENCILLO pero hay que tener tiempo y paciencia para una correcta cocción de la carne, sino podéis utilizar el truco de la olla rápida, ya sabéis que yo soy muy tradicional. ¡Al ataqueeee!
Bien familia, como siempre empezamos preparando nuestros ingredientes, pelando, lavando y picando nuestro ajo y nuestra cebolla. Salpimentamos la carne y nos vamos a la olla. Ponemos un buen chorrete de aceite de oliva virgen, a calentar y a fuego medio suave empezamos a pochar el ajo y la cebolla, cuando empiece a ablandarse, introducimos los trozos de carne y dejamos que se doren para sellarlos bien. Una vez tengamos la carne ya dorada, añadimos los tomates* (os dejo un par de opciones)
*Los tomates podéis lavarlos e introducirlos bien picaditos o si no os gusta como a mi, os dejo un truquito de mi frutero, laváis el tomate, le retiráis un poco de piel del culete, y lo ralláis encima de la olla en este caso, también lo podéis hacer así para las ensaladas.
y seguimos sofriendo el morcillo con la verdura, cuando lo tengáis, añadís las dos ramitas de canela ¡ya veréis que pasada de sabor!, un puñado de granos de pimienta y el chorrete de vino blanco y dejáis que se reduzca a fuego medio unos minutos.
Llegados a este punto solo nos queda añadir el caldo y tapáis, dejando hervir durante una hora a fuego lento. (probad el punto de sal, porque si tuvierais que añadir un poco mas.)
Mientras tanto preparamos nuestras judías verdes. Lavamos y quitamos los rabitos de arriba y abajo, retiramos las hebras de los lados* y las cortamos, yo normalmente las corto en 3 trozos.
* Toda la vida se han retirado las hebras con cuchillo, pues yo lo hago con el pela patatas, que queda mas limpio y es muchíiiiiisimo mas rápido.
Transcurrida la primera hora de cocción, introducimos las judías verdes, damos unas vueltas hasta que vuelva la ebullición y dejamos hervir una hora mas. Cuando haya pasado esta hora tendremos nuestro guiso de carne de morcillo terminado y maravilloso, a falta solo de sentarnos a la mesa a degustar este maravilloso plato caliente.
¡¡¡Finito!!! tenemos nuestro guisote ideal con la carne tan tierna que os lo podéis comer con cuchara, ideal para estos días. 😉 Espero que os guste y os vayáis corriendo a comprar los ingredientes para probarla.
Saludos gatunos, ¡Sed felices y comer bien!