Potaje de vigilia (lo mejorcito de la cuaresma)


Después de los Cupcakes de torrijas de ayer hoy os presentamos en este segundo capítulo del especial Semana Santa el plato más tradicional, el potaje de vigilia.
Actualmente las normas alimenticias de la religión católica ya no se llevan tan a rajatabla como en otros tiempos, hoy en día esto solo lo suelen respetar las abuelas, y este año yo para presentaros la receta. Pero antiguamente la tradición dictaba que en determinados días del año, como la cuaresma, no se podía comer carne. En su lugar se utilizaba el pescado. Pero en muchos lugares de interior, a los que no llegaban toda clase de pescados, se utilizaba bacalao o incluso congrio seco, que sustituían a los productos de cerdo en los potajes.
Existen variedades de bacalao de distintos precios y con todos ellos podéis preparar un excelente potaje de vigilia.
Sale una olla hermosa con cantidad para por lo menos para 8 personas.
Ingredientes para el potaje de vigilia:
- ½ Kg garbanzos (yo uso el Hostal que para mi son de los mejores, por la cochura)
- 300 gr o 1 bolsa de espinacas
- 400 gr bacalao (lo venden en paquetes con sal)
- 1 cebolla grande picada
- 2 tomates maduros (si no tenéis podéis poner tomate triturado de lata)
- 3 dientes de ajo
- 2 hojas de laurel
- 1 ramito de perejil
- 1 chorreón de aceite (unas 3 cucharadas)
- 1 cucharada sopera de harina
- 1 cucharilla de café de pimentón (dulce o picante, según preferencia)
- 3 litros de agua
- Sal*
Preparación:
Dejar en remojo los garbanzos desde la noche anterior en agua templada con sal. Y como siempre, pelamos y picamos la verdura, para tener preparados los ingredientes antes de empezar a cocinar.
*Enjuagar y poner el bacalao a desalar 1-2 días antes, poniéndolo en agua y cambiando este agua cada 8 horas.
Poner en una olla 3 litros de agua y calentamos antes de introducir la legumbre. Antes de que empiece a hervir ponemos los garbanzos, el bacalao preparado, y añadimos también los dos dientes de ajo pelados y las hojas de laurel. Hervir suavemente unas dos horas (el tiempo de cochura depende de la variedad de los garbanzos, de verdad en esto no ahorréis porque os puede estropear la receta, porque hay algunos que no ablandan ni que les de el día entero, es tremendo).
En un vaso de la batidora o similar, podremos el diente de ajo restante y el perejil bien limpio con un poco de caldo de la cocción y batimos hasta que todo quede bien molido. Tradicionalmente esta pasta se hacía en el mortero, pero las batidoras son más rápidas y descansadas.
Mientras se cuece la legumbre ponemos en una sartén pochar la cebolla muy finamente picada hasta que están transparente, en este momento añadimos los tomates pelados, despepitados y cortados en dados muy pequeños o dos cazos de tomate triturado, refreímos un poco y añadimos también la cucharada de harina. Rehogamos un poco y poner también la pasta de ajo y perejil anteriormente preparada. Y seguimos dándole vueltas, rehogando otros 5-10 minutos más. Apartamos la sartén del fuego para no quemar la especia y espolvoreamos por encima el pimentón, y revolvemos bien, para que se integren bien los sabores. Y lo introducimos en la olla, con el fuego bajito para que no se pegue el refrito, pero manteniendo el hervor.
Miramos que a los garbanzos no les quede ya mucha cochura y entonces estamos preparados para introducir la espinaca, que previamente habremos enjuagado muy cuidadosamente, asegurándonos de eliminar todo resto de tierra y las hojas y tallos estropeados, si son frescas, y si son de bolsa con enjuagarlas un poco estarán. Y las volcamos en la olla cuando hayan pasado las dos horas mencionadas y continuar cociendo unos 15 minutos más. Aquí probamos el punto de sal del caldo, para mi no es necesario añadir nada de sal si solo habéis enjuagado el bacalao, en caso de haberlo desalado entonces si tendréis que corregir la sal.
Pinchar en las fotos para ampliar.
- Garbanzos remojados
- El Bacalao
- Desmenuzando
- Pasta de perejil
- Refrito y pimentón
- A la mesa
Antes de dar por terminada la ebullición asegúrate que los garbanzos están bien tiernos. Hay remesas de algunos garbanzos que parecen de cocción eterna.
Y ya tendremos nuestro ansiado plato de vigilia, ahora a disfrutarlo.
Rosa
26 marzo, 2013 at 19:33 (11 años ago)Muy rico este potaje!
Hace por lo menos veinte años que no como uno así que creo que me voy a animar.
Gracias por traerme estos recuerdos. 😀
Auro
26 marzo, 2013 at 20:44 (11 años ago)Gracias Rosa, espero que te guste! 😀